Cuando nuestra motivación flaquea

Tengo que admitir que durante la semana pasada estuve debatiéndome entre entrenar y no. Es cierto, que me noto mejor después de varios meses de entrenamiento pero durante la última semana, mi motivación comenzó a disminuir.

Me costó un poco más ponerme el bañador o salir a correr.  Y tuve que darme una buena charla algunas mañanas para ir a entrenar.  Incluso me salté algún que otro entrenamiento de piscina.

Si eres como yo y has tenido estas sensaciones con tu motivación, puedes estar seguro de que es totalmente normal, especialmente en esta época del año.

Cuando los días se ponen oscuros, fríos y grises, la motivación parece disminuir. Y si encima combinamos el clima con las fiestas de Navidad, los viajes, los compromisos familiares y más, los entrenamientos tienen una prioridad menor. Además, dado que los objetivos parecen tan lejanos (no lo son en realidad), saltarse un entrenamiento no parece ser un gran problema.

Sin embargo, lo que me está enseñando los objetivos que me he propuesto, es que cada vez que siento que debería no hacer un entrenamiento, me recuerdo a mí mismo por qué estoy haciendo este proyecto en primer lugar. No se trata de las carreras o de volver a mis viejos tiempos.

Se trata del proceso, y saltarse un entrenamiento interfiere con ese proceso. Cada entrenamiento tiene algún tipo de oportunidad, independientemente del tamaño, la duración, el volumen o la intensidad.

Los entrenamientos no son un juego de todo o nada. Y los entrenamientos no tienen que ser perfectos. No tengo que ir a la perfección. Tampoco tengo que hacer las brazadas perfectas.

Mi gráfico de mi Garmin Connect o Strava no tiene que ser perfecto.

Lo importante es que hago un esfuerzo y me estoy superando a mí mismo.

Incluso los entrenamientos no tienen que salir según lo escrito. Es mejor tener algo que nada en absoluto. Algunas personas o entrenadores dicen: “También podrías quedarte en el sofá si tu carrera está por debajo de “x ritmo”.  No podría estar más en desacuerdo. Puede que no sea ideal. Pero si eso es todo lo que puedes hacer, entonces eso es todo lo que puedes hacer.

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Me encanta entrenar. Sé que cada entrenamiento no tiene que ser perfecto. Y que cada entrenamiento, tanto grande como pequeño, largo o corto, me ayuda a descubrir un poco más sobre mí como deportista. El proceso para volverme más rápido me hace ir por más, eliminando la presión para lograrlo.

Esto es lo que aumenta mi motivación, no para ganar la próxima carrera o vencer a ese que me adelanta, sino para convertirme en una mejor persona y atleta.

Felices fiestas y que nada ni nadie entorpezca tus objetivos y motivación.

Vamooossss!!!

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